Taxidermias Concretas Vol.51

por Álvaro Arbonés

Álvaro Arbonés

 

Ryuichi Sakamoto – Rage (2017)

Ryuichi Sakamoto es uno de los artistas más brillantes del último siglo. Demostró saber copar el pop con Yellow Magic Orchestra, saber componer mejor música incidental para bandas sonoras que cualquiera de los popes americanos y su carrera en solitario ha estado a la vanguardia de la vanguardia vendiendo por millones. Claro está, la banda sonora de Rage no ha venido a ser la excepción. Haciendo variaciones temáticas de un mismo tema, el disco se puede escuchar como veintiún versiones de una misma canción, todas ellas, de algún modo, brillantes. Brillantes, pero clásicas, clásicas, pero repletas de vida. Porque decir que Sakamoto lo ha vuelto a hacer es como decir que el agua moja: deberíamos sentirnos estúpidos teniendo que remarcarlo.

CHVRCHES – Love Is Dead (2018)

Pegadizo, amable, iterativo. Esos son buenos adjetivos para describir Love Is Dead. Sin la contundencia de The Bones of What You Believe, pero con una consistencia mucho mayor que en Every Open Eye, el disco es una agradable evolución, y un claro salto adelante con respecto del anterior disco, pero todavía lejos del grado de genialidad que demostraron en los singles de su primer disco. Esos singles que siguen repitiéndose una y otra vez en la radiofórmula y la televisión y que, por lo que parece, no serán sustituidos pronto por nada de lo que hagan los escoceses.

Xabier Cortés

YOB – Our Own Heart (2018)

De experiencias traumáticas al borde de la muerte surgen apasionantes manifestaciones artísticas. Si ya de por sí un nuevo álbum de YOB es una noticia excelente, que el álbum salga tras superar el bueno de Mike Scheidt una enfermedad gravísima que a punto estuvo de costarle la vida es algo que emociona. Por supuesto que han salido voces restando importancia al hecho en sí y alabando el disco por lo que es sin hacer caso al contexto, gente que lo más grave que ha pasado ha sido una gripe y que desconoce la capacidad que tiene la música, en este caso, no ya para curar, pero sí por lo menos liberar por unos instantes de la sensación de miedo, fatiga y dolor. Por lo demás, Our Own Heart es el mejor disco que ha sacado YOB en su larga trayectoria. Tal cual. Con un savoir faire folkie y y un sludge doom hierático, oscuro pero luminoso a la vez.

Zeal & Ardor – Stranger Fruit (2018)

Cuando el debut homónimo de Zeal & Ardor irrumpió en 2017 dejó entrever unas hechuras para convertirse en algo inmenso y en una bocanada de aire fresco. Stranger Fruit es eso y mucho más. Cada detalle se ha pulido, ha encontrado un camino y el álbum suena como un todo indisoluble, no como una sucesión de experimentos —geniales, por supuesto— pero sin un hilo conductor claro que era el anterior. Entre el black metal —pese a quien le pese—, el gospel, el blues, el R&B, el rock, Zeal & Ardor encuentra su sonido y lo convierte en algo único y memorable.

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