Eclécticos sonidos del terror: un especial de Halloween (I)

por Álvaro Arbonés

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Ante la muerte no existe elección: o se acepta o se lucha contra ella en un tour de force que nos arrastra hacia sí. Por eso el exquisito significado de Halloween, recordanos que somos mortales a través del alcohol y los disfraces de aquello que nos aterra, se nos da como un exorcismo místico: lo culto copula con lo popular, lo racional con el sinsentido y la lógica se desvanece hacia la nada —quizás por eso prolifera en estas fechas el disfraz de lo-que-sea putilla, ya que es asociar el vaiven de las pulsiones: la celebración del final, la muerte, con la celebración del principio, el sexo—. Así debería ser cada uno de nuestros días. Como no es posible pretender vivir en un mundo donde no exista ninguna organización por temor de la parca por venir, sólo nos permitimos las mieles de la existencia una noche al año: hoy es esa noche. Para celebrarlo en Studio Suicide les traemos dos sesiones de música para que puedan aprehender el auténtico espíritu de la celebración; una aquí conmigo, Álvaro Mortem, la siguiente, en otro post, con nuestro querido Dulcemorgue.

¿Cómo podríamos definir entonces el terror en general y Halloween en particular? Como una salida de pulsiones que siempre se nos presentan desde lo ecléctico. En tanto ningún terror es racional, todos se circunscriben dentro de una lógica que va más allá de cualquier pretensión de racionalizar que es lo que tememos al respecto del terror en sí; no tendría sentido hacer una elección racional para Halloween, porque entonces perderíamos el espíritu caótico que nace soterrado en el concepto mismo del terror, de la muerte, de la noche. Por eso, en pos de abrazar de la forma más pura posible el espíritu de la noche, mi propuesta al respecto de lo que debería ser la música que acompañe la celebración es muy clara: un desquiciado viaje a un sinsentido de una pureza más refinada que la simple ausencia de lógica. Por eso la selección musical es abrupta, extraña y algo desquiciada; la pretensión no es hacer algo que destruya las convenciones sociales al respecto de la impermeabilidad entre géneros, sino descubrir ciertas lineas soterradas que van uniendo diferentes estilos que siempre habíamos creído estancos. Porque si algo nos une a todos es la muerte, aquello que no discrimina y nos une en la vivencia común de la angustia.

Disfruten de los eclécticos sonidos del terror que he elegido para ustedes, porque quizás mañana ya no puedan hacerlo.

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