PYLAR – Poderoso Se Alza En My (2013)

por Xabier Cortés

PylarNo debe resultar sencillo para los miembros de un proyecto musical olvidarse de toda la parafernalia periférica que la rodea y centrar todas sus energías en un aspecto casi olvidado de la música: su carácter ancestral para transmitir sabiduría. La música como canal de comunicación y herramienta para transmitir conocimientos, mitos, leyendas —siempre con un inevitable efecto litúrgico y espiritual— sobre todo tipo de artes y rituales arcanos. Complicado se presenta no sólo conocer qué mensaje se quiere transmitir, también genera debate qué forma sonora se le va a dar a ese manifiesto de manera que no se diluya, se pierda o se dulcifique el pilar sobre el que se sostiene todo este gigantesco concepto musical. El primer error que se podría cometer sería realizar un acercamiento musical ortodoxo, en el más amplio sentido de la palabra, ya que resulta imposible acotar viejas enseñanzas místicas en un paisaje musical no ya moderno sino sencillo y cristalino. No, la complejidad del mensaje debe tener su reflejo en el apartado sonoro. Éste debe resultar enrevesado, abrumador y, por qué no, ininteligible. Debe presentarse ante nosotros como un viejo escrito encriptado de manera que sólo tras una inmersión completa en él seamos capaces de descifrar esos oscuros secretos que se esconden ahí. El colectivo sevillano Pylar ha comprendido a la perfección esta forma particular y ancestral de comprender la música y así lo ha sabido plasmar en su debut Poderoso se alza en my.

Esta ceremonia que nos propone Pylar se presenta ante nosotros cubierta por un denso manto de misterio: ya desde el primer canto que abre el álbum nos veremos rodeados por un intenso halo de solemnidad y un profundo sentimiento esotérico en parte gracias a unos cantos rituales y, sobre todo, por una ígneo espíritu marcial fruto de un inmenso trabajo en las percusiones que soportan las densas guitarras que terminan de presentar parte de la instrumentación que toma parte en la particular propuesta sonora de este colectivo. El sonido de Pylar no enfila un ámbito musical concreto, no se deja cegar por los cantos de sirena de tal o cual género, Pylar va mucho más allá y sabe recoger diferentes influencias musicales y trasladarlas a su idiosincrasia: así es como encontramos en su obra el mencionado carácter ritual, el inquietante ambient, la densidad doom y la intensidad drone. Cercanos al colectivo francés Rosa Crux, más por el carácter ceremonioso y místico de su obra que por los paralelismos musicales en sí, y a los italianos Textbook Of Modern Karate —por esa inmensa capacidad creativa a la hora de manipular, retorcer y exprimir el sonido para hacerlo suyo— este primer canto litúrgico de Pylar es en definitiva una iniciación o, mejor dicho, un ritual de iniciación con el que nos adentraremos en la personal visión esotérica de este proyecto.

Experimentar toda esta colección de sensaciones arcanas y antiguos rituales que nos propone Pylar no resulta sencillo, como no lo son los rituales iniciáticos, pero desde luego que una vez hemos traspasado las puertas de este templo sagrado y entramos en esa vorágine ocultista que lo rodea resulta irritantemente sencillo situarse en ese mismo plano y no podemos evitar desprendernos de lo material y alzar nuestras manos para convertirnos en fieles defensores del universo esotérico de Pylar. Así sea.

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