Hiromi’s Sonicbloom – Beyond Standard (2008)

por Álvaro Arbonés

Si existe un género que es absolutamente opaco hacia el neófito, incluso para aquel que lo sea sólo en las lindes de ese género en particular, ese es, sin ningún lugar a dudas, el jazz. Su extrema complejidad, su rancio abolengo y la imperturbable necesidad de marcar territorio de sus fanáticos más abyectos, aquellos que necesitan remarcar de forma constante como sólo el más desconocido de los músicos a los cuales se vio en una jam session que siempre fue la mejor de las posibles es digno de ser denominado como tal, producen que cualquiera que pretenda sumergirse en sus procelosas aguas se encuentre con más obstáculos de los que cualquier persona razonable está dispuesto a tratar; el jazz es demasiado hermético y extraño para ser penetrado sin un esfuerzo tan considerable como excesivo. Pero, aun con todo, lograr entrar tiene sus recompensas.

En el caso de Hiromi’s Sonicbloom, banda de la pianista y compositora de jazz Hiromi Uehara, cualquier creencia en la dificultad de entrar en su propuesta sería una excusa abyecta: la música de Uehara, sorprendentemente accesible sin perder en momento alguno el virtuosismo propio del género, se propone a sí misma como perfecta puerta de entrada al género más inaccesible de nuestro tiempo. Con su jazz fusión con una especial énfasis en los devenires propios del piano —pues, no lo olvidemos, es alumna aventajada de Chick Corea—, no deja de lado el virtuosismo excelso de unos punteos de bajo que rozan el éxtasis de virtuosismo y unas baterías que en su discreción funcionan como contrapunto de un piano en fuga sólo acompañado de una guitarra que da el punto de contraste suficiente para resaltar aun más si cabe su belleza. Su marcado tono rock, juvenil y familiar incluso para los absolutos profanos del género, consigue acercar con una naturalidad sublime algo que, a priori, no podría estar más alejado del gusto general de la juventud; si Uehara tiene una virtud excepcional es, especialmente, su capacidad para hacer del jazz algo atractivo incluso para aquellos que no tienen interés primero por el mismo.

La libertad extraordinaria que desarrolla con Sonicbloom, y especialmente en el caso de éste Beyond Standard, producen que se pueda escuchar incluso no tanto como un trabajo de virtuosismo chic, que también lo es, sino como un ejercicio de rock vanguardista de tono preciosista. Carente de las formas más abigarradas o dificultosas del género, todo cuanto se desarrolla en el disco es un sonido calmo pero fugaz, vibrante pero fácilmente aprehensible, con el cual se puede jugar a varios diferentes niveles de percepción; aquellos que carezcan de todo conocimiento sobre jazz, encontrarán aquí una perfecta puerta de entrada al género, aquellos que ya estén familiarizados con el mismo, sin embargo, se encontrarán con una brisa fresca de una chiquilla virtuosa capaz de fusionar con estilo y savoir-faire formas juveniles con un estilo clásico propio del género. Y he ahí su mayor virtud, pues consigue hacer que ambos extremos de la escala se comprendan sin comunicarse, pues aun los novatos y los expertos apreciarán cosas completamente diferentes del disco, que se respeten lo suficiente como para permitir que se inicien otros que no necesariamente quieran pasar el trámite de la incomprensión total de lo escuchado.

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