First Human Ferro – Guernica Macrocosmica (2003)

por Xabier Cortés

Que el dark ambient es un género agradecido en lo que a recibir diferentes referentes sonoros para completar su característico sonido tétrico y lúgubre se refiere, es algo que no debería sorprendernos. Dentro de éste, podemos encontrarnos con esa ramificación del género que asienta su sonido en la claustrofóbica e inquietante sombra de un entorno decadente y carente de cualquier tipo de humanidad —irremediablemente pensamos en Atrium Carceri como uno de sus más notables iconos—. También podemos encontrarnos con otra vertiente en el que sus composiciones, a modo de ancestral ritual, evocan al implacable poder de la naturaleza —inevitable nombrar a Vinterriket en este caso—. Y, por supuesto, muchos más. Por todo esto, nos preguntamos: ¿Es posible reinventar el dark ambient? ¿Puede un género que ha bebido (y bebe) de innumerables fuentes de inspiración encontrar una nueva y rica veta de la que seguir extrayendo materia prima con la que construir nuevos universos sonoros? Efectivamente, la respuesta a ambas preguntas es afirmativa y este Guernica Macrocosmica de First Human Ferro es la prueba que sostiene tan atrevida afirmación.

Guernica Macrocosmica se nos presenta como un disco complejo, una obra que requiere de una pausada digestión para comprender toda su dimensión y su alcance. El primer asalto de este reto, una introducción titulada Your eyes that once were never weary of mine, nos sorprende con la reinvención por parte de Olegh Kolyada, el artista detrás de este proyecto ucraniano, de una pieza de 1957 y compuesta por Andriej Eszpaj que nos pone sobre aviso: nada de lo que vamos a encontrar aquí nos dejará indiferentes, aquí no habrá lugar para déjà-vus. Por supuesto, Guernica macrocosmica no es una simple concatenación de remixes de una colección de canciones populares soviéticas del siglo pasado, no, este disco es una relectura completa, fresca y sin complejos del dark ambient. Estas lánguidas composiciones populares —de autores y grupos tan dispares como Vladin Kosin, Maya Kristalinskaya, Accord o David Tukhmanov, y que comprenden un espacio de tiempo que va desde los locos años veinte hasta los inestables y frágiles años setenta del siglo pasado— sirven de base sobre la que este proyecto despliega todo su saber hacer y exquisito gusto. Un sonido que hipnotiza, reverbera y nos abraza mientras sentimos las punzadas (profundas, frías y quirúrgicas) de ese dark ambient à la Lustmord y Runes Order que rematan cada canción y convierte a toda ellas en las líneas maestras de una nueva forma de interpretar el dark ambient. No se ha dejado nada a la azar, cada uno de los sonidos que encontrarás en este disco está donde tiene que estar y aparece en el momento que tiene que aparecer; cada sonido fluye, grácil pero pausado, ocupando su espacio vital y cada segundo nos obsequia con una atmósfera opresiva que nos va ahogando cada vez más en una suerte de catarsis al que nos entregamos en cuerpo y alma

First Human Ferro ha encontrado una nueva fórmula, ha sabido cavar y ha hallado otra piedra filosofal más que acompañará al resto de las que componen la vasta estantería de la que se nutre el dark ambient. Guernica macrocosmica es sorprendente, melancólico, lúgubre y, por supuesto, oscuro; es  una nueva forma de entender el dark ambient. Un dark ambient con mayúsculas. Punto.

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